domingo, 11 de septiembre de 2016

Fin del descanso

Cuando el descanso llega a su fin, una persona vuelve a necesitar viejas costumbres, entre ellas, escribir. Ya pasó el calor sofocante y la vida da algunos vuelcos(tan buenos como malos), cambios, momentos vividos, que de alguna manera uno ha de expresar, ya sea inventando textos ficticios, retomando viejos textos a medio terminar, camuflando reales o escribiendo sueños pasados y futuros.

Yo imploro a las musas que sean benevolentes conmigo y no dejen quedarme sin inspiración, aunque ya sabemos cómo son ellas, tan libres y caprichosas como el viento del mar. Espero que estos vientos sean lo suficientemente fuertes para que el mar no esté en calma, ya que bien es sabido que nunca un mar en calma pudo hacer buenos marineros, pero que no sean tan fuertes como para tirarme de mi pequeño cascarón de nuez donde navego.

Y aquí os dejo querido lectores, escribiendo bajo una vela y pluma, de manera simbólica, mis pequeñas ideas, experimentos y sueños que aparecen cuando viajo al mundo onírico, donde decido tomar la píldora roja y el gran Morpheo me quiere llevar al fondo de la madriguera cual Alicia.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario